Disoñar para restaurar nuestros sistemas de información en América Latina
Por Candy Rodríguez
¿Y si disoñamos (diseñar con los sueños) para restaurar nuestros sistemas de información en América Latina? En nuestra región la desinformación, las brechas digitales, el monopolio de la información, la desigualdades estructurales, los discursos hegemónicos, las violencias con componente de género, el poco presupuesto para mantener a flote los proyectos, la precariedad laboral para los/las/les periodistas, y el asesinato de periodistas y comunidadores/as son algunos de los factores que mantienen nuestros sistemas de información aridos, secos y deserticos. En noviembre de 2024 nos reunimos dieciséis personas de doce organizaciones de América Latina y el Caribe en Santiago de Chile, para disoñar sobre cómo podemos reforestar y mantener nuestros ecosistemas de información verdes. Participamos La Sandía Digital (México), Baudó Agencia Pública (Colombia), Social TIC (México), Vita Activa (Regional), Proyecto Lava (El Salvador), Quid (Brasil), Nós, Mulheres da Periferia (Brasil), Sembramedia (República Dominicana), Mutante (Colombia), LatFem (Argentina), Alharaca (El Salvador) y The Engine Room (Regional). Este encuentro fue pensado como una posibilidad para imaginar cambios realizables y conocer propuestas que se están ejecutando en toda la región. Reflexionamos acerca del uso de las tecnologías digitales y la importancia de regresar a lo análogo, de las posibilidades que da el poder hablar con las personas de nuestras comunidades y conocernos con más cercanía. La confianza, el apoyo, la cooperación y la amistad son bases que pueden facilitar otras formas de comunicación. Participamos de nueve sesiones colaborativas que se realizaron a lo largo de tres días; nos conocimos, hablamos sobre nuestras posturas políticas, sobre feminismos, anticolonialidad, esperanza, los retos a los que nos enfrentamos como organizaciones independientes, cuáles son nuestras visiones colectivas hacia futuro, cómo nos fortalecemos a raíz de la colaboración, la interdependencia, y el apoyo mutuo, en líneas como el financiamiento, de la infraestructura, del cuidado, de la comunidad y de la descentralización. Compartimos sobre los formatos que hemos implementado para narrar y generar un verdadero impacto social; y con una visión crítica pensamos en lo que nos queríamos llevar a nuestros territorios como una semilla con posibilidades de germinar. Entre las reflexiones que me gustaría destacar se encuentran las siguientes:
- Reconstruir el tejido social a través de la infraestructura vecinal: Trabajar desde lo urbano, sabemos que por la configuración de las ciudades y los ritmos de trabajo, en los que nuestros hogares solo se convierten en dormitorios, no nos permite hablar , ni conocer a nuestros vecinos. En este contexto es importante buscar la forma de llegar a más comunidades a través de las tecnologías que están a nuestro alcance.
- Tácticas para la descentralización desde nuestro territorio y nuestro trabajo: Darnos las posibilidades de colaborar con personas diferentes a nosotrxs, hay quienes conocen la problemática y quienes saben lo técnico. Intentar no repetir las mismas fórmulas que “supuestamente funcionan” y expandir a otras disciplinas como puede ser el arte y saberes populares que no suelen estar en el centro (por ejemplo, el tejido). Poner en el centro la memoria. Diversificar las fuentes y tipos de saberes. Reconocer la diferencia nos permite salirnos de nuestro foco – no hacer un periodismo de capitales–. Hablar con nuestras colegas, recuperar conversaciones con personas que no están en nuestras burbujas. Descentralizar el poder, el acceso al financiamiento. Generar puentes entre el mundo digital y el territorio para salir de la cámara de eco y sobre todo tenernos paciencia.
- ¿Qué es estar presente como medio de comunicación o proyecto para el cambio social? Repensar la lógica de la presencialidad. Actualmente estar presente es posicionarse en redes sociales solamente, tener más visitas, más likes, más seguidores. Los equipos de comunicación se ven reducidos a hacer llamados a la acciones a través de redes sociales. Necesitamos cambiar el yo, yo, yo, yo que hacemos las organizaciones para cuestionarnos lo competitivo, lo cacofónico y romper con las lógicas capitalistas y centralizadas. Estar presente es que todos tuviéramos la posibilidad de reconocer a los otros, construir en conjunto. En el proyecto Lava narran cómo la gente se une y une diferentes habilidades, conocimientos, sueños, para enfrentar desafíos. La colectividad la hacen las comunidades y esto construye la presencialidad.
- Recetario Poder Jiji: Sin financiamiento jugoso no hay recetas. El primer ingrediente es un kilogramo de conversación y escucha comunitaria. 500 gramos de imaginación y experimentación narrativa. Memoria y sostenibilidad narrativa en cantidad necesaria para que se integre la masa. Tres tazas de trabajo con amigas. Cuidados y autoestima política. Una cucharada de empatía, la suficiente para acercar las burbujas. Un chorrito de inteligencia artesanal y colectiva. 500 gramos de diversidad y 500 gramos de coalición. Una tonelada de esperanza y futuro. Y como consejos útiles para la cocina: Haga alianza con más cocineras. Haga todo con espíritu de burla, cocine en los territorios y que compartan esta receta.
Para nosotras fue muy importante regresar a las metodologías de trabajo participativas y permitan el movimiento corporal. Jugamos, bordamos, escuchamos, usamos la radio para experimentar, hicimos fanzines, dibujamos, tomamos fotografías y concluimos en que somos mujeres y no tenemos que dar explicaciones, nos comprometimos en usar metodologías que regresen a los corporal; nos llevamos posibilidades de alianza, pensar la red como una forma de rizoma a través de nodos; fortalecer el concepto de la interdependencia como algo radicalmente anticapitalista; conectar de forma individual y colectiva. Escuchar-nos, conversar-nos, cuidar-nos y sobre todo la disposición para poder construir a través del aprender-escuchando-enseñando-colaborando.